Newspapers and magazines on display at a newsstand Rajkumar/Mint via Getty Images

La India sensacionalista

NUEVA DELHI – Cuando el mes pasado Sridevi Kapoor, la superestrella de Bollywood, murió a los 54 años de edad ahogada en la bañera en un hotel de Dubái, la cobertura de su trágica muerte fue una nueva muestra de lo mal que están los medios en la India. Sridevi (quien tras una pausa de quince años, hizo un regreso espectacular a la pantalla grande con dos grandes éxitos en los últimos seis años) llevaba una vida modesta y convencional con su marido, el productor de cine Boney Kapoor, y sus hijas adolescentes. Ni su forma de vestir ni su conducta daban pasto a los tabloides o material para especulaciones escabrosas.

Sin embargo, la muerte de Sridevi se convirtió en tema de informes espeluznantes (sobre todo en televisión) acerca de lo que pudo ocurrir tras la puerta cerrada del baño; un periodista incluso intentó representar el acto del ahogamiento. Un político con fama de sumarse a cualquier teoría conspirativa llegó a sugerir una muerte violenta.

Bienvenidos al extraordinario mundo de los medios de la India, donde el “cuarto poder” es a la vez testigo, fiscal, juez, jurado y verdugo. Con tantos canales compitiendo las 24 horas del día por los mismos televidentes y puntos de rating, los informativos de TV dejaron hace mucho de pretender que brindan un servicio público; en vez de eso, dan una primacía escandalosa al sensacionalismo por sobre la sustancia.

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