AUSTIN (EE. UU.) – La debacle financiera de 2008 generó pedidos de un sistema financiero global que limite los desequilibrios comerciales, modere los flujos de capitales especulativos y evite el contagio sistémico. Tal precisamente era el objetivo del sistema de Bretton Woods original. Pero hoy un sistema así sería insostenible e indeseable. ¿Cómo podría ser una alternativa?
La conferencia de 1944 en Bretton Woods fue escenario del choque entre dos hombres y sus ideas: Harry Dexter White, representante del presidente estadounidense Franklin Roosevelt, y John Maynard Keynes, representante de un Imperio Británico cuya luz se estaba apagando. Previsiblemente, triunfó el esquema de White, por el que se usó el superávit comercial de los Estados Unidos en la posguerra para dolarizar a Europa y Japón, a cambio de que aceptaran un poder discrecional total de Estados Unidos en la política monetaria. Y el nuevo sistema de la posguerra puso los cimientos de la mejor época del capitalismo, hasta que Estados Unidos perdió el superávit comercial y el esquema de White se vino abajo.
Durante gran parte de la última década, se ha visto resurgir periódicamente una pregunta muy sencilla: ¿sería el descartado plan de Keynes más adecuado para nuestro mundo multipolar después de 2008?
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Given strong odds that we will face another pandemic, the international community is rightly engaged in discussions about how to do better next time. But the latest United Nations agreement on the issue offers mere platitudes, rather than the kind of concrete measures needed to stay ahead of a new pathogen.
explains what governments need to do to demonstrate that they are taking the threat seriously.
While China was an early mover in regulating generative AI, it is also highly supportive of the technology and the companies developing it. Chinese AI firms might even have a competitive advantage over their American and European counterparts, which are facing strong regulatory headwinds and proliferating legal challenges.
thinks the rules governing generative artificial intelligence give domestic firms a competitive advantage.
AUSTIN (EE. UU.) – La debacle financiera de 2008 generó pedidos de un sistema financiero global que limite los desequilibrios comerciales, modere los flujos de capitales especulativos y evite el contagio sistémico. Tal precisamente era el objetivo del sistema de Bretton Woods original. Pero hoy un sistema así sería insostenible e indeseable. ¿Cómo podría ser una alternativa?
La conferencia de 1944 en Bretton Woods fue escenario del choque entre dos hombres y sus ideas: Harry Dexter White, representante del presidente estadounidense Franklin Roosevelt, y John Maynard Keynes, representante de un Imperio Británico cuya luz se estaba apagando. Previsiblemente, triunfó el esquema de White, por el que se usó el superávit comercial de los Estados Unidos en la posguerra para dolarizar a Europa y Japón, a cambio de que aceptaran un poder discrecional total de Estados Unidos en la política monetaria. Y el nuevo sistema de la posguerra puso los cimientos de la mejor época del capitalismo, hasta que Estados Unidos perdió el superávit comercial y el esquema de White se vino abajo.
Durante gran parte de la última década, se ha visto resurgir periódicamente una pregunta muy sencilla: ¿sería el descartado plan de Keynes más adecuado para nuestro mundo multipolar después de 2008?
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