La revolución del emprendimiento social

DHAKA – La crisis financiera internacional de los últimos años dejó al descubierto la existencia de graves defectos en el sistema financiero internacional. El propósito original de los mercados de crédito era proveer de capital a empresas y compañías, pero unos pocos individuos los manipularon para ponerlos al servicio de un objetivo egoísta: obtener rendimientos irrealmente altos mediante maniobras de ingeniería financiera. Esto trajo sufrimiento a los habitantes de los países desarrollados (basta pensar en los extraordinarios niveles de desempleo en países como España y Grecia), pero también a incontables millones de personas en los países en desarrollo, que no tuvieron responsabilidad alguna por la crisis.

De hecho, la persistencia de muchos de los problemas sociales del mundo es reflejo de nuestra interpretación colectiva errada de la idea de capitalismo, que lleva a que las empresas no persigan otro objetivo que la maximización de beneficios y que se conciba a las personas como máquinas unidimensionales de hacer dinero.

Pero en esta, nuestra concepción del mercado económico, está faltando un componente: el emprendimiento social. Un emprendimiento social es una compañía no orientada a la distribución de dividendos y dedicada totalmente a la solución de un problema social o ambiental determinado. Los accionistas pueden recuperar su inversión, transcurrido cierto tiempo, pero no más que eso. La totalidad de los beneficios se reinvertirá en el emprendimiento para aumentar su alcance o mejorar sus productos o servicios.

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