Una esperanza para Hong Kong

LONDRES – El movimiento democrático en Hong Kong ha ganado admiración en todo el mundo. Los principios, la decencia y la conducta de su vanguardia joven inspiran confianza en las cualidades de una generación que algún día gobernará la gran ciudad. Dicho eso, ya es hora de avanzar con inteligencia hacia la etapa final.

Mientras más tiempo dure el punto muerto entre el jefe ejecutivo de Hong Kong y los manifestantes, más daño sufrirán Hong Kong y sus ciudadanos. El gobierno hongkonese debería de mostrar un poco de sentido de Estado, que con seguridad correspondería la llamada “revolución de los paraguas” (Umbrella movement), que ahora tiene la ventaja moral y no desea perder el apoyo del público. Para entablar un diálogo sustantivo y exitoso con el gobierno, no sería necesario que los manifestantes suspendieran su campaña a favor de la democracia; simplemente habría que poner fin a la etapa actual de una campaña que triunfará con el tiempo.

A pesar de sostener lo contrario, el jefe ejecutivo de Hong Kong, C. Y. Leung y su gobierno tienen amplio margen de maniobra. Como argumentan muchos ciudadanos de Hong Kong, la posición actual del gobierno chino se basa en un informe presentado por funcionarios de Leung que supuestamente refleja con exactitud el resultado de las consultas locales sobre el desarrollo constitucional.

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