NUEVA YORK – La suerte no ha sido amable con Haití. El dolor y el sufrimiento resultantes del terremoto del año pasado fueron ya enormes y después los han agravado el huracán Tomas y un brote de cólera. Ahora hay una tensión en aumento en torno a las elecciones que acaban de celebrarse.
Esa epidemia se ha propagado a los diez departamentos del país, así como a la capital, Puerto Príncipe. El Ministerio de Salud Pública de Haití informa de que el número de muertos se acerca a los 2.000 y el número de infectados supera los 80.000. Como muchas personas no tienen un acceso fácil a los hospitales y las clínicas, esas cifras son cálculos muy aproximados. Los equipos de las Naciones Unidas temen que el número efectivo de muertos e infectados actuales llegue a ser el doble.
Está claro que la epidemia va a seguir extendiéndose. Depende de una cepa particularmente virulenta de cólera y de cuestiones subyacentes: un sistema nacional de salud poco sólido, condiciones sanitarias deficientes y falta de agua potable y otros servicios básicos. La Organización Mundial de la Salud y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) calculan que el brote podría afectar a unas 400.000 personas durante los seis próximos meses.
NUEVA YORK – La suerte no ha sido amable con Haití. El dolor y el sufrimiento resultantes del terremoto del año pasado fueron ya enormes y después los han agravado el huracán Tomas y un brote de cólera. Ahora hay una tensión en aumento en torno a las elecciones que acaban de celebrarse.
Esa epidemia se ha propagado a los diez departamentos del país, así como a la capital, Puerto Príncipe. El Ministerio de Salud Pública de Haití informa de que el número de muertos se acerca a los 2.000 y el número de infectados supera los 80.000. Como muchas personas no tienen un acceso fácil a los hospitales y las clínicas, esas cifras son cálculos muy aproximados. Los equipos de las Naciones Unidas temen que el número efectivo de muertos e infectados actuales llegue a ser el doble.
Está claro que la epidemia va a seguir extendiéndose. Depende de una cepa particularmente virulenta de cólera y de cuestiones subyacentes: un sistema nacional de salud poco sólido, condiciones sanitarias deficientes y falta de agua potable y otros servicios básicos. La Organización Mundial de la Salud y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) calculan que el brote podría afectar a unas 400.000 personas durante los seis próximos meses.