Pregnant women Cameroon Pers-Anders Pettersson/Getty Images

Donald Trump, una vez más contra las mujeres

NUEVA YORK – Una organización sin fines de lucro keniana dedicada a la salud femenina se enfrenta a un dilema imposible. El Fondo Médico y Educativo Kisumu (KMET) recibe 200 000 dólares al año del gobierno de Estados Unidos para entrenar a médicos en el tratamiento de hemorragias posparto. El KMET también recibe dinero de donantes europeos y otras fuentes para la provisión de servicios integrales de salud reproductiva, entre ellos asesoramiento sobre aborto. Tras el reciente decreto del presidente Donald Trump que reinstaló y amplió la regla de la llamada “mordaza global”, el KMET (y muchas organizaciones similares) tendrán que elegir entre distintos programas para salvar vidas.

La mordaza global (oficialmente denominada “política de Ciudad de México”, por haber sido anunciada en una conferencia de la ONU en esa ciudad), prohíbe dirigir fondos de ayuda oficial al desarrollo del gobierno de los Estados Unidos hacia organizaciones no estadounidenses que ofrezcan a mujeres cualquier tipo de servicio relacionado con el aborto (incluso información o derivaciones a terceros), independientemente del modo de financiación de esos servicios. También excluye de la financiación estadounidense a aquellas organizaciones que promuevan el acceso al aborto en sus propios países.

Esto implica que si el KMET sigue proveyendo servicios relacionados con el aborto a las mujeres de Kenia (donde entre el 30 y el 40% de las hospitalizaciones femeninas se relacionan con abortos inseguros), perderá la financiación que necesita para la tarea igualmente vital de enseñar a los médicos a manejar complicaciones relacionadas con el parto. Que las tasas de mortalidad materna en toda la región son extremadamente altas es otra cuestión. Lo que importa es que cualquiera sea la opción que elija, el KMET tendrá que reducir servicios sanitarios en regiones de las que es el principal proveedor.

https://prosyn.org/cFQ015ues