Angela Merkel takes her place on the government bench Sean Gallup/Getty Images

¿Podrá Europa seguir apoyándose en Alemania?

BERLÍN – El resultado de la elección federal alemana contiene una enseñanza crucial para la Unión Europea: ni siquiera el país que le sirvió de base de estabilidad en medio de la crisis es inmune a la fragmentación política y a la polarización. Aunque la canciller Angela Merkel obtendrá casi con certeza un cuarto mandato, es probable que su nuevo gobierno sea considerablemente más débil que los tres que lo precedieron.

En el Bundestag ahora hay seis facciones, en vez de las cuatro de la legislatura anterior. La centroderechista Unión Demócrata Cristiana de Merkel (CDU) obtuvo el 33% de los votos, su peor resultado desde 1949, aunque todavía suficiente para darle la mayoría de los escaños en el parlamento. El centroizquierdista Partido Socialdemócrata (SPD), segundo partido político más importante de Alemania y parte de la última coalición de gobierno de Merkel, también alcanzó un mínimo de posguerra: sólo recibió el 20,5% de los votos.

En tanto, la populista Alternative für Deutschland (AfD) obtuvo el 12,6%, con lo que esta fuerza antieuro, prorrusa y decididamente xenófoba será el primer partido de ultraderecha que entre al Bundestag en casi sesenta años. Y el SPD tiró la toalla: rechazó formar parte del próximo gobierno.

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