LONDRES – El voto del Reino Unido para abandonar la Unión Europea y la elección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos expusieron una profunda división generacional. Los millennials cosmopolitas y los pensionados nacionalistas -lo que Thomas Friedman llama "la gente web" y "la gente muro"- no parecen tener nada en común. Pero ambos apuntan a la misma crisis de representación política.
En el Reino Unido, por cada votante a favor de "Irse" de menos de 24 años, hubo tres de más de 65. En Estados Unidos, Trump ganó el 53% del voto de más de 65 años, pero consiguió el apoyo de apenas el 37% de los jóvenes entre 18 y 29 años.
En ambos casos, los mayores se sintieron atraídos por la retórica pesimista que despotricaba contra el daño que les generaba a sus comunidades el libre comercio, el movimiento libre, el amor libre y la tecnología libre de seres humanos que afectaba sus empleos y su seguridad económica. La gente joven era mucho más optimista sobre el futuro, sus perspectivas personales y el potencial de la tecnología -y mucho más empática con los grupos marginados.
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The long-standing economic consensus that interest rates would remain low indefinitely, making debt cost-free, is no longer tenable. Even if inflation declines, soaring debt levels, deglobalization, and populist pressures will keep rates higher for the next decade than they were in the decade following the 2008 financial crisis.
thinks that policymakers and economists must reassess their beliefs in light of current market realities.
Since the 1990s, Western companies have invested a fortune in the Chinese economy, and tens of thousands of Chinese students have studied in US and European universities or worked in Western companies. None of this made China more democratic, and now it is heading toward an economic showdown with the US.
argue that the strategy of economic engagement has failed to mitigate the Chinese regime’s behavior.
LONDRES – El voto del Reino Unido para abandonar la Unión Europea y la elección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos expusieron una profunda división generacional. Los millennials cosmopolitas y los pensionados nacionalistas -lo que Thomas Friedman llama "la gente web" y "la gente muro"- no parecen tener nada en común. Pero ambos apuntan a la misma crisis de representación política.
En el Reino Unido, por cada votante a favor de "Irse" de menos de 24 años, hubo tres de más de 65. En Estados Unidos, Trump ganó el 53% del voto de más de 65 años, pero consiguió el apoyo de apenas el 37% de los jóvenes entre 18 y 29 años.
En ambos casos, los mayores se sintieron atraídos por la retórica pesimista que despotricaba contra el daño que les generaba a sus comunidades el libre comercio, el movimiento libre, el amor libre y la tecnología libre de seres humanos que afectaba sus empleos y su seguridad económica. La gente joven era mucho más optimista sobre el futuro, sus perspectivas personales y el potencial de la tecnología -y mucho más empática con los grupos marginados.
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