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Los gasoductos como caminos al poder de Putin

MOSCÚ – Durante el año pasado, las predicciones sobre las pugnas serias que iría a enfrentar el presidente ruso Vladimir Putin, o incluso sobre su muerte política, se tornaron cada vez más frecuentes. Un artículo reciente en The Economist titulado “An awful week for Vladimir Putin”, es sólo un ejemplo de lo antedicho. Sin embargo, es la evaluación de Steven Lee Myers, quien es biógrafo de Putin y corresponsal del New York Times, la que resuena como la más certera, él dijo en repetidas ocasiones: “Putin siempre gana”.

Tal vez la palabra “siempre” no es del todo cierta. Se espera que la economía de Rusia crezca sólo un 1% este año, debido a la rezagada diversificación de las exportaciones, la fuga a gran escala de capitales y los bajos niveles de inversión extranjera directa vinculados a las sanciones occidentales impuestas tras la anexión de Crimea por parte de Rusia en el año 2014. Como resultado, el índice de aprobación de Putin ha disminuido un poco después de alcanzar en julio de 2014 su máximo del 83%, mismo que fue impulsado por la antedicha anexión.

Pero el 61% de los rusos aún califica el desempeño de Putin como positivo. La mayoría de los líderes democráticos sólo pueden soñar con tal aprobación por parte del público. Por ejemplo: menos del 43% de los estadounidenses aprueban al presidente Donald Trump. De hecho, son las propias políticas estadounidenses incoherentes y combativas hacia Europa, China, Turquía y otros países las que han contribuido a la impopularidad de Trump y han alimentado la popularidad de Putin, dándole una serie de victorias tácticas.

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