A businesswoman giving a presentation Cecilie_Arcurs/Getty Images

El futuro no tan sombrío del trabajo

WASHINGTON, DC – El futuro del trabajo es un tema candente estos días. Ha inspirado una catarata aparentemente infinita de análisis, comentarios y conferencias, y fue uno de los asuntos prominentes que se abordaron en las reuniones anuales de la semana pasada del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial. Con buenas razones: las nuevas tecnologías -concretamente, la digitalización, la robótica y la inteligencia artificial- tienen implicancias de amplio alcance para el empleo. Pero, contrariamente a cómo se suele encuadrar la historia, un final feliz es posible.

El debate actual suele cobrar ribetes melodramáticos, cuando pronostica un futuro en el cual las máquinas expulsarán a los humanos del trabajo. Según algunas estimaciones desalentadoras, el 47% de los empleos están en riesgo en Estados Unidos; el 57% en los países de la OCDE; las dos terceras partes en las economías en desarrollo y la mitad de todos los empleos a nivel global (alrededor de dos mil millones).

Sin embargo, predicciones igualmente sombrías de una destrucción de los empleos en gran escala y un desempleo estructural generado por la alta tecnología acompañaron episodios importantes de automatización en el pasado, inclusive de boca de economistas de renombre. Una predicción la hizo John Maynard Keynes; otra, Wassily Leontief. Ninguna de las dos se materializó. Por el contrario, el cambio tecnológico actuó como un fuerte impulsor del crecimiento de la productividad y del empleo.

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