Lucha Alimenticia

El parlamento europeo aprobó un nuevo grupo de estrictas reglas para los alimentos modificados genéticamente, provocando objeciones por parte de Estados Unidos. Noëlle Lenoir, la nueva Ministro Delegado para los Asuntos Europeos de Francia, y sobresaliente experta internacional en bioética, hace una disección de los temas relacionados con la regulación de alimentos "diseñados" genéticamente. (NOTA para los editores: Project Syndicate comisionó este artículo ANTES del voto de la UE, pero sigue siendo actual en cuanto a los temas que la nueva legislación abarca.)

El refrán "Uno es lo que come" tiene dos significados. Nos advierte acerca de mantener una dieta sana y nutritiva. También nos recuerda que la comida es una parte integral de nuestra identidad cultural, religiosa y regional, porque lo que comemos y cómo producimos nuestros alimentos está profundamente arraigado en nuestra historia y tradiciones. Sin duda, las peculiaridades de nuestra cocina nacional proveen algunos de los más descriptivos apodos que usamos unos para otros. Para los ingleses, nosotros los franceses seremos siempre "frogs" (ranas) porque comemos ancas de rana, así como los alemanes serán siempre "krauts" (abreviación de sauerkraut, col en salmuera) por su amor a la col.

La evolución que han tenido las actitudes europeas con los alimentos y las plantas modificadas genéticamente refleja exactamente la misma preocupación dual con la salud y la identidad. Desde abril de 1990, cuando el Parlamento de la Unión Europea, sin oposición significativa, adoptó las dos primeras directivas para el uso e introducción de organismos modificados genéticamente (OMG), la opinión pública se ha vuelto crecientemente sospechosa y hostil. ¿Qué incitó tan violenta sensitividad en cuanto a los alimentos modificados genéticamente?

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