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¿Cómo se explica el optimismo de los mercados?

LONDRES – ¿Cree usted en cuentos de hadas? De ser así, en estos tiempos podría ganar mucho dinero en el mundo de las finanzas, o poder y prestigio como banquero central. La tasa anual de inflación en Estados Unidos, la eurozona y el Reino Unido llegó a máximos que no se veían hace cuarenta años, y es probable que alcance los dos dígitos en el segundo semestre del año; pero los mercados financieros y los bancos centrales parecen estar seguros de que la guerra contra el aumento de precios habrá terminado para Navidad y de que los tipos de interés comenzarán a bajar en el primer semestre del año entrante. Si no se equivocan, la economía mundial pronto regresará a las condiciones financieras perfectas del cuento de Ricitos de Oro, que tanto alegraron a los inversores durante la década que pasó: ni muy caliente ni muy frío, y siempre a punto para las ganancias.

El optimismo de los inversores puede verse en los billones de dólares invertidos en los últimos tiempos en tres apuestas de los mercados muy relacionadas. En los mercados de dinero, el pronóstico actual es que los tipos de interés en Estados Unidos alcanzarán un máximo inferior al 3,5% en enero de 2023 y comenzarán a caer a partir de abril, hasta cerca del 2,5% a principios de 2024. En los mercados de bonos, las cotizaciones apuntan a un derrumbe de la inflación estadounidense, desde el 9,1% actual a apenas 2,8% en diciembre de 2023. Y las bolsas dan por sentado que la desaceleración económica causante de esa desinflación sin precedentes será lo bastante moderada para que las ganancias de las corporaciones estadounidenses en 2023 crezcan un 9% respecto de los niveles récord de este año.

Los bancos centrales están más nerviosos que los inversores, pero se tranquilizan mirando sus modelos económicos, todavía basados en versiones actualizadas de la «hipótesis de las expectativas racionales», que fracasó estrepitosamente en la crisis financiera global de 2008. Estos modelos dan por sentado que la clave para mantener la estabilidad de precios es que haya expectativas de inflación baja. De modo que los bancos centrales ven el hecho de que las expectativas de inflación estén «bien ancladas» como prueba de que sus políticas funcionan.

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