buiter23_Brooks KraftGetty Images_federalreserve Brooks Kraft/Getty Images

La Fed debe dar un paso al frente una vez más

NUEVA YORK – El estímulo fiscal sin precedentes generado en Estados Unidos desde el inicio de la pandemia del COVID-19 exige un estímulo monetario adicional que sea acorde. Las restricciones impuestas para controlar la propagación del coronavirus han causado la recesión global más profunda desde la Segunda Guerra Mundial.

Los confinamientos impuestos por los gobiernos han variado en duración e intensidad, y es probable que esto siga siendo así a medida que evolucionen las amenazas médicas planteadas por la pandemia. Pero también ha habido grandes variaciones respecto de en qué medida las restricciones conductuales impuestas e implementadas en el ámbito privado han complementado y reforzado las restricciones obligatorias desde lo público. En cualquier caso, el hecho de que la recesión actual sea en gran medida auto-infligida ofrece motivos de optimismo sobre la velocidad de la recuperación que podemos esperar una vez que el desastre de salud pública esté bajo control.

Recordemos que, si bien el virus fue identificado en enero de 2020, la magnitud y alcance del inminente daño económico recién se hizo evidente en marzo. En el primer trimestre de 2020, el PIB real (ajustado por inflación) de Estados Unidos cayó a una tasa anualizada del 5%, pero luego se desplomó un 31,4% en el segundo trimestre. En el tercer trimestre, después de que se hubieran relajado los confinamientos y de que el sector privado hubiera aprendido a lidiar mejor con las nuevas realidades, el PIB real de Estados Unidos rebotó a una tasa anualizada respetable del 33,4%, aunque se mantuvo muy lejos del nivel esperado a comienzos del año. El último trimestre probablemente haya producido mayores deficiencias (todavía no hay datos oficiales disponibles), al igual que el primer trimestre de 2021, debido a las recientes mutaciones del virus y al consiguiente retorno de las restricciones.

https://prosyn.org/WsFaMv3es