

Though Polish voters in October ousted their right-wing populist government, recent elections in Slovakia and the Netherlands show that populism remains as malign and potent a political force as ever in Europe. But these outcomes also hold important lessons for the United States, where the specter of Donald Trump’s return to the White House haunts the runup to the 2024 presidential election.
BERKELEY – A comienzos de febrero de 2022, la tasa de equilibrio de la inflación del índice de precios al consumidor (IPC) a cinco años, dentro de cinco años, en el mercado de bonos de Estados Unidos rondaba el 2% por año -una cifra que corresponde a un pronóstico de inflación de gastos de consumo personal (PCE) de ponderación encadenada del 1,6% por año dentro de 5-10 años-. Como una inflación del 1,6% está materialmente por debajo de la meta del 2% de la Reserva Federal de Estados Unidos, comencé ese mes sintiéndome bastante cómodo de estar en el “Equipo Transitoria” -o al menos en el “Equipo La Fed entendió las cosas” o en el “Equipo Las expectativas de inflación siguen sólidamente ancladas”.
Pero después, a fines de ese mes, el presidente ruso, Vladimir Putin -el aspirante a Gran Príncipe de Moscovia-, ordenó una invasión relámpago de Ucrania. Las cosas no salieron como las había planeado. Los ucranianos repelieron la arremetida inicial y ambas partes se dispusieron a librar una guerra de desgaste más prolongada. Los precios de la energía, de los granos y de los fertilizantes se dispararon. Al mundo le empezó a preocupar que, llegado el invierno, Europa se congelaría y que muchos otros países -desde Egipto hasta Nigeria- pasarían hambre.
[Cuadro 1]
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