A television cameraman tests his equipment Paul J. Richards/Getty Images

La falsa narrativa de la realpolitik

GINEBRA – En una era de redes sociales que causan divisiones y de "noticias falsas" partidarias, la noción de que "las acciones hablan más que mil palabras" ya no es verdadera. Como estamos redescubriendo, las palabras son poderosas y a la vez problemáticas, particularmente en el contexto de la geopolítica. La reciente reunión de la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York ofreció el último recordatorio de que, en la diplomacia, las palabras siguen siendo importantes.

Ha tenido mucha repercusión la observación del presidente estadounidense, Donald Trump, de que Estados Unidos "no tendrá otra opción que destruir totalmente a Corea del Norte" si la República Popular Democrática de Corea (RPDC) lo amenaza, o amenaza a sus aliados. En verdad, la mayoría de los expertos militares coinciden en que una guerra cinética en la Península de Corea aniquilaría a la RPDC y, muy probablemente, también a Corea del Sur.

Pero otras partes del discurso de Trump ante las Naciones Unidas, especialmente sus pasajes sobre los intereses nacionales y la soberanía, requieren una reflexión más profunda. Trump no oculta su deseo de "poner a Estados Unidos primero" y reiteró esa promesa en el estrado de las Naciones Unidas. Pero también instó a otros líderes a poner también a sus países en primer lugar. "Para superar los peligros del presente y alcanzar la promesa del futuro, debemos empezar con la sabiduría del pasado", dijo. "Nuestro éxito depende de una coalición de naciones fuertes e independientes que abracen su soberanía para promover la seguridad, la prosperidad y la paz para ellas y para el mundo".

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