CAMBRIDGE – El término “noticias falsas” se ha convertido en un epíteto que el presidente estadounidense Donald Trump aplica a toda información que le resulte desfavorable. Pero también es un término analítico que describe la presentación deliberada de desinformación como si fuera una noticia periodística convencional.
El problema no es del todo nuevo. Ya en 1925, Harper’s Magazine publicó un artículo sobre los peligros de las “noticias falsas”. Pero hoy, unos dos tercios de los adultos estadounidenses reciben noticias en parte a través de las redes sociales, y estas se basan en un modelo de negocios que se presta a la manipulación externa y en el que es muy fácil engañar a los algoritmos para obtener ganancias o servir a fines malignos.
Hay en todo el mundo muchas organizaciones (estatales, delictivas o de aficionados) con capacidad para descifrar (mediante “ingeniería inversa”) los algoritmos que las plataformas tecnológicas aplican a la información. La hazaña del gobierno ruso fue haber sido uno de los primeros que comprendió el modo de instrumentalizar las redes sociales para atacar a Estados Unidos usando empresas estadounidenses como armas.
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With recent landmark legislation to support decarbonization and innovation, the United States is making up for lost time after its failed 40-year experiment with neoliberalism. But if it is serious about embracing a new paradigm, it will need to do more to help bring the rest of the world along.
explains how to minimize the political risks of new spending packages in the US and Europe.
What would a second Donald Trump presidency mean for US foreign policy and the world? While the man himself is unpredictable, his first term and his behavior since losing re-election in 2020 offer plenty of clues, none of which will be comforting to America's allies.
considers the implications of the 2024 presidential election for America's foreign policy and global standing.
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CAMBRIDGE – El término “noticias falsas” se ha convertido en un epíteto que el presidente estadounidense Donald Trump aplica a toda información que le resulte desfavorable. Pero también es un término analítico que describe la presentación deliberada de desinformación como si fuera una noticia periodística convencional.
El problema no es del todo nuevo. Ya en 1925, Harper’s Magazine publicó un artículo sobre los peligros de las “noticias falsas”. Pero hoy, unos dos tercios de los adultos estadounidenses reciben noticias en parte a través de las redes sociales, y estas se basan en un modelo de negocios que se presta a la manipulación externa y en el que es muy fácil engañar a los algoritmos para obtener ganancias o servir a fines malignos.
Hay en todo el mundo muchas organizaciones (estatales, delictivas o de aficionados) con capacidad para descifrar (mediante “ingeniería inversa”) los algoritmos que las plataformas tecnológicas aplican a la información. La hazaña del gobierno ruso fue haber sido uno de los primeros que comprendió el modo de instrumentalizar las redes sociales para atacar a Estados Unidos usando empresas estadounidenses como armas.
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