singer192_Boris Zhitkov_Getty Images_euthanasia Boris Zhitkov/Getty Images

Se extiende el reconocimiento del derecho a morir

MELBOURNE – El derecho a recibir ayuda para morir sigue ganando terreno. El mes pasado, el parlamento español aprobó una ley (que entrará en vigor en junio) que permitirá a los médicos ayudar a morir a pacientes adultos que tengan una enfermedad «grave e incurable» que les cause un «sufrimiento intolerable». Los médicos podrán recetar una dosis letal de una droga que el paciente se autoadministrará (lo que se conoce, entre otros nombres, como muerte con ayuda médica, muerte asistida voluntaria y suicidio asistido) o administrarle una inyección letal (eutanasia voluntaria).

En febrero, el parlamento portugués aprobó una ley que permite la eutanasia voluntaria para enfermos terminales, pero el presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, la sometió al Tribunal Constitucional, que la rechazó por no ser suficientemente precisa. Se prevé que el parlamento apruebe antes de fin de año una versión modificada.

Otros países han ido más lejos. Desde 2016, Canadá permite la muerte con ayuda médica (tanto suicidio asistido como eutanasia voluntaria) para pacientes cuya muerte natural es «razonablemente previsible». La ley se aprobó en respuesta a un fallo de la Corte Suprema de Canadá que determinó la incompatibilidad de las prohibiciones vigentes al suicidio asistido y a la eutanasia voluntaria con la Carta Canadiense de los Derechos y las Libertades.

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