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Juego de Tronos de la UE

PRINCETON – Las elecciones al Parlamento Europeo que concluyeron el 26 de mayo acabaron siendo una repetición de Juego de Tronos, una larga y compleja historia con un final sorprendente y, para muchos, desilusionante. Como con la serie, algunos fanáticos están llamando a cambiar de desenlace. Quisieran despedir al autor y reescribir el guion.

Los antieuropeos, que esperaban un momento de conquista triunfante de Bruselas de la mano de Matteo Salvini de Italia, Viktor Orbán de Hungría y Steve Bannon de Estados Unidos, fueron repelidos. También perdieron los proeuropeos que apoyaban a los partidos establecidos de la Unión Europea. Y los políticos que inventaron el proceso de candidatos principales en un intento por influir la elección del próximo jefe de la Comisión Europea quedaron en ridículo a medida que se iban desmoronando los pedazos de los viejos partidos de la UE. En resumen, las expectativas convencionales quedaron más que desvirtuadas.

Un resultado obvio de las elecciones estaba claro antes del recuento de votos: el prolongado duopolio de las fuerzas de centroizquierda y centroderecha de Europa ya es definitivamente cosa del pasado. Este duopolio se expresaba más claramente a nivel nacional, donde un partido ligeramente conservador y uno ligeramente socialista discutían sobre el nivel de las pensiones, las políticas salariales, el grado de las transferencias sociales y asuntos similares. Entonces cada partido debía moderar sus posturas para atraer el voto medio. Los sistemas que esto producía en cada país eran bastante estables, y algunos esperaban que el mismo mecanismo se tradujera al nivel europeo.

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