waving european flags Thomas Lohnes/Getty Images

Las nuevas divisorias políticas de Europa

PARÍS – El presidente francés Emmanuel Macron ha presentado la elección de mayo de 2019 para el Parlamento Europeo como una batalla, no entre la derecha y la izquierda tradicionales, sino entre los populistas y los progresistas proeuropeos como él mismo. Hace poco, el primer ministro griego Alexis Tsipras empleó una retórica similar, al declarar que “todas las fuerzas progresistas, democráticas y proeuropeas tienen el deber de estar juntas en el mismo lado de la historia”. ¿Será posible un giro político paneuropeo tan fundamental, similar al que en Francia llevó a Macron al poder el año pasado?

El Partido Popular Europeo (EPP) a la derecha y la Alianza Progresista de Socialistas y Demócratas (S&D) a la izquierda comparten hace mucho el control del Parlamento Europeo, donde han gobernado mediante la búsqueda de acuerdos. Pero con el tiempo, esto produjo una especie de homogeneización política en Europa, que llevó a un abstencionismo masivo; de modo que entre los ciudadanos que efectivamente votan, ha crecido el apoyo a partidos antisistema, a menudo defensores de ideas extremas.

Como resultado, pese a que en 2009 el EPP y la S&D controlaban el 61% del Parlamento Europeo, en 2014 sólo obtuvieron el 54% de los votos, de modo que el órgano estuvo cerca de quedar dominado por partidos extremistas. Es probable que la elección de 2019 traiga más pérdidas para los partidos del establishment, que según algunos cálculos, sólo obtendrán el 45% de los escaños.

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