COPENHAGUE: La gente de Belgrado ha traído a Europa hasta otro punto decisivo. Es posible que la sombra de una década de guerra en los Balcanes finalmente desaparezca. Ahora hace falta tener la mente clara, la visión clara y, lo más importante, la clara aprobación del público si es que Europa ha de tomar el siguiente paso. Con respecto a esto, es necesario alcanzar las conclusiones correctas acerca del "No" resultante del plebiscito llevado a cabo hace poco en Dinamarca para definir si se une o no al Euro.
Los daneses no son más antieuropeos que nadie. La xenofobia no es mayor en Dinamarca que en otros países de Europa. No fue sólo una blasfema alianza entre la extrema izquierda y la extrema derecha, como algunos mencioaron, lo que derrotó al Euro.
El "No" de Dinamarca debe tomarse como una advertencia a los líderes de Europa: deben ser mucho más cuidadosos cuando deciden empezar un diálogo abierto con el electorado acerca de temas europeos básicos, como el papel que tiene Europa en el proceso de paz de los Balcanes. De otra manera, es posible que se enfrenten a la triste sorpresa con la que se toparon sus colegas en Dinamarca, en donde 4 de 5 miembros del Parlamento dieron el "Sí" a una política apoyada sólo por el 47% de sus electores.
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While carbon pricing and industrial policies may have enabled policymakers in the United States and Europe to avoid difficult political choices, we cannot rely on these tools to achieve crucial climate goals. Climate policies must move away from focusing on green taxes and subsidies and enter the age of politics.
explains why achieving climate goals requires a broader combination of sector-specific policy instruments.
The long-standing economic consensus that interest rates would remain low indefinitely, making debt cost-free, is no longer tenable. Even if inflation declines, soaring debt levels, deglobalization, and populist pressures will keep rates higher for the next decade than they were in the decade following the 2008 financial crisis.
thinks that policymakers and economists must reassess their beliefs in light of current market realities.
COPENHAGUE: La gente de Belgrado ha traído a Europa hasta otro punto decisivo. Es posible que la sombra de una década de guerra en los Balcanes finalmente desaparezca. Ahora hace falta tener la mente clara, la visión clara y, lo más importante, la clara aprobación del público si es que Europa ha de tomar el siguiente paso. Con respecto a esto, es necesario alcanzar las conclusiones correctas acerca del "No" resultante del plebiscito llevado a cabo hace poco en Dinamarca para definir si se une o no al Euro.
Los daneses no son más antieuropeos que nadie. La xenofobia no es mayor en Dinamarca que en otros países de Europa. No fue sólo una blasfema alianza entre la extrema izquierda y la extrema derecha, como algunos mencioaron, lo que derrotó al Euro.
El "No" de Dinamarca debe tomarse como una advertencia a los líderes de Europa: deben ser mucho más cuidadosos cuando deciden empezar un diálogo abierto con el electorado acerca de temas europeos básicos, como el papel que tiene Europa en el proceso de paz de los Balcanes. De otra manera, es posible que se enfrenten a la triste sorpresa con la que se toparon sus colegas en Dinamarca, en donde 4 de 5 miembros del Parlamento dieron el "Sí" a una política apoyada sólo por el 47% de sus electores.
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