NUEVA YORK – La retirada de Donald Trump del Plan de Acción Integral Conjunto (PAIC) con Irán y la reimposición de las sanciones estadounidenses a aquel país son una amenaza a la paz mundial. La seguridad de Europa depende de defender el acuerdo con Irán contra la retirada estadounidense. Para eso es necesario que Europa (junto con Rusia, China y otros estados miembros de Naciones Unidas) garantice un normal desarrollo de las relaciones económicas con Irán, lo cual sólo será posible en la medida en que confronte, y en definitiva revierta, las sanciones extraterritoriales de Estados Unidos, que pretenden disuadir a otros países de mantener actividades comerciales y financieras con Irán.
El propósito de la jugada de Trump es claro, y de hecho, explícito: derribar al régimen iraní. Ante esta locura, los ciudadanos europeos perciben, correctamente, que los intereses de seguridad de Europa ya no coinciden con los de Estados Unidos.
La estrategia hostil de EE. UU. hacia Irán fue secundada (e incluso promovida) por dos aliados de EE. UU. en Medio Oriente: Israel y Arabia Saudita. Israel se refugia en el poder de EE. UU. para evitar cualquier tipo de concesión a los palestinos. Arabia Saudita se refugia en el poder militar de EE. UU. para contener a su rival regional, Irán. Ambos esperan una confrontación directa entre EE. UU. e Irán.
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La estrategia hostil de EE. UU. hacia Irán fue secundada (e incluso promovida) por dos aliados de EE. UU. en Medio Oriente: Israel y Arabia Saudita. Israel se refugia en el poder de EE. UU. para evitar cualquier tipo de concesión a los palestinos. Arabia Saudita se refugia en el poder militar de EE. UU. para contener a su rival regional, Irán. Ambos esperan una confrontación directa entre EE. UU. e Irán.
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