solana140_ LUDOVIC MARINAFP via Getty Images_eu ukraine LUDOVIC MARIN/AFP via Getty Images

Europa busca su Norte

MADRID – Putin ha situado a Europa ante un escenario que creíamos parte de un pasado irrepetible. Nos encontramos ante la versión más irracional de un presidente ruso cuya política exterior ha ido degenerando desde aquel día a comienzos de este siglo en que George W. Bush le miró a los ojos y dijo encontrar un hombre del que se podía fiar.

El riesgo de que estalle una tercera guerra mundial es real. Rusia está bombardeando posiciones ucranianas a escasos kilómetros de las fronteras con la OTAN, y, vista la imprevisibilidad de Putin, no podemos descartar la posibilidad de que la guerra en Ucrania diera paso a una confrontación directa entre Rusia y la Alianza Atlántica. Eso nos situaría ante un posible conflicto nuclear. Una conflagración que nuestros líderes tienen el deber de evitar.

Rusia y Europa conforman un mismo macizo geográfico, sin mar o barrera alguna que interrumpa el paso desde el Atlántico hasta los Urales, por lo que la estabilidad en un extremo del continente es fundamental para la paz continental. Por otro lado, las barreras diplomáticas entre Rusia y la OTAN se multiplican. Nunca en un conflicto tan trascendental como este, las organizaciones internacionales que fueron creadas tras la Segunda Guerra Mundial habían estado tan ausentes. Incluso la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa, que es la organización que se fundó para garantizar la estabilidad entre Rusia, EE. UU. y Europa, está teniendo serias dificultades para ayudar en la resolución de este conflicto.

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