LONDRES – Antes de que la Internet revolucionara la manera en que se reúnen y comparten las noticias, los periodistas raramente se tenían que preocupar sobre la amenaza de la violencia virtual. Sus principales riesgos estaban en el terreno: la seguridad física y psicológica al informar desde zonas de desastres y conflictos. Hoy los campos de batalla de los medios de comunicación se sitúan cada vez más en la red y las mujeres, más que nunca, son quienes reciben los ataques.
Según Demos, un centro de estudios británico, las periodistas mujeres tienen tres veces más probabilidades que sus contrapartes masculinos de ser blanco de comentarios abusivos en Twitter, en que los perpetradores suelen usar lenguaje de contenido sexual (como “puta” y “zorra”) contra ellas. Un estudio publicado en 2016 por la Organización para la Seguridad y la Cooperación Europeas mostró que las mujeres que trabajan en los medios de comunicación eran blancos de amenazas de género de manera desproporcionada e internacional, observando que los abusos tenían “un efecto directo sobre su seguridad y actividades futuras en la red”,
A menudo, las amenazas de violencia contra las mujeres que trabajan en los medios se expandían a miembros de sus familias, y su impacto se elevaba por el carácter íntimo de los ataques, en dispositivos personales fuera de los parámetros profesionales de la sala de noticias. Vemos aquí el difuminado de las líneas de la seguridad virtual, física y psicológica.
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Since 1960, only a few countries in Latin America have narrowed the gap between their per capita income and that of the United States, while most of the region has lagged far behind. Making up for lost ground will require a coordinated effort, involving both technocratic tinkering and bold political leadership.
explain what it will take finally to achieve economic convergence with advanced economies.
Between now and the end of this decade, climate-related investments need to increase by orders of magnitude to keep the world on track toward achieving even more ambitious targets by mid-century. Fortunately, if done right, such investments could usher in an entirely new and better economy.
explains what it will take to mobilize capital for the net-zero transition worldwide.
LONDRES – Antes de que la Internet revolucionara la manera en que se reúnen y comparten las noticias, los periodistas raramente se tenían que preocupar sobre la amenaza de la violencia virtual. Sus principales riesgos estaban en el terreno: la seguridad física y psicológica al informar desde zonas de desastres y conflictos. Hoy los campos de batalla de los medios de comunicación se sitúan cada vez más en la red y las mujeres, más que nunca, son quienes reciben los ataques.
Según Demos, un centro de estudios británico, las periodistas mujeres tienen tres veces más probabilidades que sus contrapartes masculinos de ser blanco de comentarios abusivos en Twitter, en que los perpetradores suelen usar lenguaje de contenido sexual (como “puta” y “zorra”) contra ellas. Un estudio publicado en 2016 por la Organización para la Seguridad y la Cooperación Europeas mostró que las mujeres que trabajan en los medios de comunicación eran blancos de amenazas de género de manera desproporcionada e internacional, observando que los abusos tenían “un efecto directo sobre su seguridad y actividades futuras en la red”,
A menudo, las amenazas de violencia contra las mujeres que trabajan en los medios se expandían a miembros de sus familias, y su impacto se elevaba por el carácter íntimo de los ataques, en dispositivos personales fuera de los parámetros profesionales de la sala de noticias. Vemos aquí el difuminado de las líneas de la seguridad virtual, física y psicológica.
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