rohingya refugee children in classroom Munir Uz Zaman/AFP/Getty Images

El eslabón perdido de la respuesta a los refugiados

GINEBRA – A principios de julio, visité el asentamiento de refugiados Kutupalong en Bangladesh, que hoy alberga a cientos de miles de rohinyá huidos de la horripilante violencia que sufrieron en Myanmar. Con las lluvias monzónicas machacando el techo, vi a jóvenes de ambos sexos que aprendían los rudimentos de la lectura, la escritura y la aritmética durante apenas dos horas al día. Tras eso, había que entregar el aula al siguiente grupo de alumnos.

Era sobrecogedor ser testigo de esta triste semblanza de escolarización adecuada, más aún porque estaba muy claro que valoraban su educación. Sin ella, su futuro y el de sus familias y comunidades quedará irreparablemente dañado.

Más de la mitad de los refugiados del mundo son niños, pero entre los refugiados en edad escolar más de la mitad no reciben educación. En total, cuatro millones de mentes jóvenes no reciben la escolarización que precisan para hacer realidad su potencial. Peor aún, solo el año pasado la cantidad de niños refugiados sin escolarización aumentó en 500.000. Si continúa esta tendencia, cientos de miles de otros niños refugiados se añadirán a las filas de quienes carecen de educación.

https://prosyn.org/yQov5fYes