A Yemeni boy school writes as he sits outside a school AHMAD AL-BASHA/AFP/Getty Images

Basta de guerra contra la educación

HONOLULU – Mi sobrina de tres años cree firmemente en el poder de “los chicos buenos”. Siempre que voy de visita, me arrastra hasta la biblioteca que tiene en su habitación y empieza a sacar un libro tras otro. Todos terminan igual: en cualquier batalla, grande o pequeña, los buenos siempre ganan.

No tengo valor para contarle que en el mundo real, los combates justos y los finales felices son la excepción. La guerra moderna no respeta regla alguna, y las lealtades no son bien definidas. Creo que nada ejemplifica en forma más terrible esta verdad que el aumento de la violencia contra escuelas y educadores en zonas de conflicto.

En mayo de este año, la Coalición mundial para proteger de ataques a los sistemas educativos publicará el informe “La educación bajo ataque”, donde se confirma que el impacto de guerras y enfrentamientos militares sobre la educación hoy es peor que en cualquier tiempo del que haya memoria reciente. Las cifras son realmente asombrosas. En todo el mundo, unos 80 millones de niños no pueden ir a la escuela por causa de la violencia. En la primera mitad de 2017, hubo más de 500 ataques a escuelas en veinte países, un aumento considerable respecto de años pasados. Según Naciones Unidas, en quince de esos países hubo tomas de escuelas para uso militar por parte de tropas del gobierno o fuerzas rebeldes.

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