ROMA – Las huellas digitales del presidente ruso, Vladimir Putin, parecen estar por todas partes en los recientes desenlaces políticos que culminaron con la renuncia de Mario Draghi como primer ministro de Italia.
Luego de la invasión de Ucrania por parte de Rusia a fines de febrero, Draghi respondió decisivamente respaldando fuertes sanciones contra Rusia y ofreciendo respaldo político, financiero y militar a Ucrania. Pero ambas acciones exigieron superar la resistencia de los partidos populistas al interior de su propia coalición de gobierno de unidad nacional: el Movimiento 5 Estrellas, liderado por el ex primer ministro Giuseppe Conte, y el partido Liga de Matteo Salvini. Y a medida que se prolongó la guerra, el contraataque de estas dos fuerzas pro-Putin creció.
La embajada rusa en Roma, que presumiblemente detectó una oportunidad, ha venido cortejando a Salvini desde hace meses, consiguiéndole inclusive un billete de avión a Moscú para una “misión de paz” en mayo pasado (sobre la que ni se preocupó de informar a Draghi). Si bien este viaje fue cancelado a último momento luego de una protesta pública clamorosa, Salvini había cenado con el embajador ruso a comienzos de marzo, justo una semana después de la invasión de Rusia.
To continue reading, register now.
Subscribe now for unlimited access to everything PS has to offer.
Joseph S. Nye, Jr.
considers how China undermines its own soft power, traces the potential causes of a war over Taiwan, welcomes Europe’s embrace of “smart” power, and more.
Around the world, people increasingly live with the sense that too much is happening, too fast. Chief among the sources of this growing angst are the rise of artificial intelligence, climate change, and Russia's war in Ukraine – each of which demands urgent attention from policymakers and political leaders.
calls attention to the growing challenges posed by AI, climate change, and the war in Ukraine.
ROMA – Las huellas digitales del presidente ruso, Vladimir Putin, parecen estar por todas partes en los recientes desenlaces políticos que culminaron con la renuncia de Mario Draghi como primer ministro de Italia.
Luego de la invasión de Ucrania por parte de Rusia a fines de febrero, Draghi respondió decisivamente respaldando fuertes sanciones contra Rusia y ofreciendo respaldo político, financiero y militar a Ucrania. Pero ambas acciones exigieron superar la resistencia de los partidos populistas al interior de su propia coalición de gobierno de unidad nacional: el Movimiento 5 Estrellas, liderado por el ex primer ministro Giuseppe Conte, y el partido Liga de Matteo Salvini. Y a medida que se prolongó la guerra, el contraataque de estas dos fuerzas pro-Putin creció.
La embajada rusa en Roma, que presumiblemente detectó una oportunidad, ha venido cortejando a Salvini desde hace meses, consiguiéndole inclusive un billete de avión a Moscú para una “misión de paz” en mayo pasado (sobre la que ni se preocupó de informar a Draghi). Si bien este viaje fue cancelado a último momento luego de una protesta pública clamorosa, Salvini había cenado con el embajador ruso a comienzos de marzo, justo una semana después de la invasión de Rusia.
To continue reading, register now.
Subscribe now for unlimited access to everything PS has to offer.
Subscribe
As a registered user, you can enjoy more PS content every month – for free.
Register
Already have an account? Log in