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La recesión global de Trump

WASHINGTON, DC – El lunes 24 de febrero las bolsas estaban cerca de máximos históricos, cuando de pronto la pandemia de COVID-19 arrastró al mundo a una crisis financiera. Después de eso, la dirigencia internacional se las ingenió para empeorar una situación ya de por sí mala. El 6 de marzo, Rusia y Arabia Saudita empezaron una guerra de precios del petróleo que asestó un nuevo golpe a los mercados mundiales. Y el 11 de marzo, el discurso televisado del presidente estadounidense Donald Trump, donde anunció la suspensión casi total del ingreso de personas desde Europa a Estados Unidos, llevó la crisis a un nivel totalmente nuevo y hundió a los mercados financieros en un pánico sin paliativos.

La combinación de menor crecimiento como resultado del coronavirus y pánico financiero internacional supone la casi total certeza de una recesión mundial este año. Sin embargo, puede que pronto esa sea la menor de nuestras preocupaciones.

Las crisis financieras siguen una lógica clara, en su evolución y en su resolución, como nos enseña Charles Kindleberger en su libro fundacional Manías, pánicos y cracs: historia de las crisis financieras. Tras el brote de COVID‑19, Argentina y el Líbano ya entraron en cesación de pagos de la deuda externa. Es probable que a continuación vengan grandes quiebras corporativas. Las agencias de viaje y las aerolíneas son candidatas naturales, pero las bancarrotas suelen aparecer en los sitios menos esperados.

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