WASHINGTON, DC – Los gobiernos suelen mostrarse más interesados en invertir en infraestructuras físicas (como rutas, puentes y aeropuertos) que en capital humano a través de canales como la salud, la educación y la capacitación. Esto tal vez tenga sentido desde un punto de vista político, ya que permite a los dirigentes entregar resultados concretos y visibles en el transcurso de unos pocos años. Pero el mejor modo de asegurar que las economías crezcan y prosperen a largo plazo es garantizar una ciudadanía sana y educada.
El avance incesante de la tecnología facilita cada vez más a los gobiernos alcanzar este objetivo. A la par que la Cuarta Revolución Industrial transforma algunos sectores (en particular, la producción fabril) y crea campos nuevos (como la robótica, la impresión 3D y los vehículos autónomos) también genera nuevas posibilidades en salud y educación.
La tecnología ya demostró que es eficaz para reducir costos, facilitar el acceso y mejorar la calidad en los ámbitos sanitario y educativo. Internet y los teléfonos móviles hacen posible la telemedicina, por la cual especialistas médicos escasos pueden atender a pacientes en lugares remotos; y facilitaron la aparición de campus universitarios virtuales que dan a estudiantes de todo el mundo acceso a profesores que antes sólo estaban al alcance de quienes residieran en grandes ciudades o en campus físicos.
WASHINGTON, DC – Los gobiernos suelen mostrarse más interesados en invertir en infraestructuras físicas (como rutas, puentes y aeropuertos) que en capital humano a través de canales como la salud, la educación y la capacitación. Esto tal vez tenga sentido desde un punto de vista político, ya que permite a los dirigentes entregar resultados concretos y visibles en el transcurso de unos pocos años. Pero el mejor modo de asegurar que las economías crezcan y prosperen a largo plazo es garantizar una ciudadanía sana y educada.
El avance incesante de la tecnología facilita cada vez más a los gobiernos alcanzar este objetivo. A la par que la Cuarta Revolución Industrial transforma algunos sectores (en particular, la producción fabril) y crea campos nuevos (como la robótica, la impresión 3D y los vehículos autónomos) también genera nuevas posibilidades en salud y educación.
La tecnología ya demostró que es eficaz para reducir costos, facilitar el acceso y mejorar la calidad en los ámbitos sanitario y educativo. Internet y los teléfonos móviles hacen posible la telemedicina, por la cual especialistas médicos escasos pueden atender a pacientes en lugares remotos; y facilitaron la aparición de campus universitarios virtuales que dan a estudiantes de todo el mundo acceso a profesores que antes sólo estaban al alcance de quienes residieran en grandes ciudades o en campus físicos.