pa761c.jpg Paul Lachine

Ayuda para el desarrollo en cinco sencillos pasos

NUEVA YORK ­­– Todo país, sea rico o pobre, debe garantizar el acceso universal a la atención de salud primaria, lo que incluye un parto en condiciones seguras, nutrición, vacunas, control de la malaria y servicios clínicos. Cada año, cerca de nueve millones de niños mueren por enfermedades que se podrían haber prevenido o tratado y cerca de 400.000 mujeres fallecen debido a complicaciones del embarazo.

Casi todas estas muertes ocurren en los países más pobres del mundo. Evitarlas no sólo reduciría los niveles de sufrimiento, sino que además fomentaría la prosperidad económica en sociedades empobrecidas e inestables.

La mayor barrera para ello es que los países más pobres no tienen los recursos para financiar el acceso universal a la atención de salud primaria, a pesar de que el coste por persona es muy bajo. Gracias a las vacunaciones, las medicinas modernas, los nuevos métodos de diagnóstico, los teléfonos móviles y otras tecnologías de desarrollo reciente, la atención de salud primaria universal es hoy altamente eficaz y muy barata: cerca de 54 dólares por persona al año en los países más pobres.

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