NUEVA YORK – ¿Qué tienen en común el sindicato del crimen organizado calabrés ‘Ndrangheta, Hertz, Sichuan Trust de China y la Reserva Federal de Estados Unidos? Todos están profundamente liados en un sistema financiero que ha transformado la intermediación crediticia en una fábrica de deuda que produce activos que enriquecen a los inversores, pero que deja a los hogares, empresas y gobiernos haciendo malabares con pasivos insostenibles.
Los inversores siempre han estado hambrientos de seguridad y rendimiento. La lógica sugiere que no se pueden tener las dos cosas, pero eso era antes de la era de finanzas estructuradas y banca paralela. Con la estrategia de codificación legal correcta, una simple obligación de pago se puede convertir en un activo líquido para los inversores.
Fabricar deuda tiene poco que ver con la intermediación crediticia convencional. Más bien, tiene todo que ver con inversores e intermediarios que cobran honorarios, no con deudores. Ellos y sus activos sólo ofrecen el insumo para sostener la línea de producción. Y cuando ésta se rompe, cosa que sucede cuando la calidad de los insumos se deteriora o porque factores externos (como una pandemia) afectan su operación, los bancos centrales están dispuestos a absorber el riesgo y reciclar la basura financiera.
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Los inversores siempre han estado hambrientos de seguridad y rendimiento. La lógica sugiere que no se pueden tener las dos cosas, pero eso era antes de la era de finanzas estructuradas y banca paralela. Con la estrategia de codificación legal correcta, una simple obligación de pago se puede convertir en un activo líquido para los inversores.
Fabricar deuda tiene poco que ver con la intermediación crediticia convencional. Más bien, tiene todo que ver con inversores e intermediarios que cobran honorarios, no con deudores. Ellos y sus activos sólo ofrecen el insumo para sostener la línea de producción. Y cuando ésta se rompe, cosa que sucede cuando la calidad de los insumos se deteriora o porque factores externos (como una pandemia) afectan su operación, los bancos centrales están dispuestos a absorber el riesgo y reciclar la basura financiera.
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