Ciclismo y cáncer

El ciclista Lance Armstrong ha celebrado recientemente un aniversario. Han pasado diez años desde que se le diagnosticó un cáncer de testículo metastático, que, según sus médicos, acabaría con su vida.

Con su estimulante historia y sus actividades para dar publicidad a la enfermedad, Armstrong ha llegado a ser un cruzado anticáncer, pero, al examinar el sitio web de su fundación ( www.laf.org ) y sus escritos, no se puede desechar una pregunta recurrente: ¿contribuyó la misma tenacidad que permitió a Armstrong ganar siete Tours de Francia a curar su cáncer? Armstrong procura no equiparar el ciclismo con el cáncer, pero sus legiones de seguidores y él con frecuencia no pueden por menos de hacerlo. Esa relación puede ser muy engañosa.

Cuando contaba veinte y pocos años, Armstrong estaba empezando a contar en el mundo del ciclismo profesional, pero no todo iba bien. En 1996, a la edad de 25 años, Armstrong empezó a sentir cansancio, dolor de testículo y tos con esputos sangrientos.

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