goodwin1_Michael CiagloGetty Images_covidvaccines Michael Ciaglo/Getty Images

Adecuar los incentivos para la distribución mundial de vacunas

IRVINE, CALIFORNIA – La pandemia de la COVID-19 sigue poniendo de relieve gigantescas desigualdades infraestructurales subyacentes en todo el mundo. Mientras Estados Unidos vacuna a toda velocidad incluso a niños, hay países como la India que sufren diariamente una devastadora cantidad de muertes. Hace poco la India informó más de 340 000 casos diarios del coronavirus —casi la mitad del total en el mundo— y no parece que la crisis vaya a terminar pronto en ese país.

Frente a la creciente presión para reducir el sufrimiento en los países con bajos ingresos, el gobierno del presidente estadounidense Joe Biden ahora apoya una exención de los derechos de propiedad intelectual (PI) para las vacunas de la COVID-19 mientras dure la pandemia. Esta cuestión generó una competencia entre dos respuestas alternativas: algunos comentaristas consideran que la nueva postura estadounidense implica un cambio paradigmático en ese país, que afectará la protección de la PI; pero otros predicen que esta nueva postura de Biden no tendrá impacto sobre el acceso a las vacunas.

En ambos casos se pierde de vista la situación de conjunto. En primer lugar, se mantendrá la protección de la PI (también para las vacunas contra la COVID-19 en los países ricos, donde las empresas farmacéuticas obtienen enormes beneficios). En segundo lugar, con voluntad política, la amenaza de una exención puede incidir sobre los incentivos de las empresas propietarias de las patentes y catalizar la producción masiva de las vacunas contra la COVID-19 para los países con ingresos bajos y medios. La idea de que la política de Biden fracasará —o debiera hacerlo— perjudica, por lo tanto, a la diplomacia estadounidense y la cooperación mundial durante la pandemia.

https://prosyn.org/kCVCsfdes