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El desafío pandémico para la inversión de impacto

CAMBRIDGE – La pandemia COVID-19 tendrá implicaciones peligrosas y de gran alcance que, a futuro, se prolongarán durante mucho tiempo, especialmente si causa el descarrilamiento de las recientes mejoras implementadas en los históricamente débiles sistemas de salud de muchos países. Para evitar ese resultado, necesitamos urgentemente ir más allá de la mera “protección de los necesitados” en tiempos de crisis. Las donaciones ocasionales no son suficientes. Este es el momento de comenzar a eliminar las barreras estructurales y sistémicas que durante mucho tiempo se han interpuesto en el camino de las mejoras sostenidas para la salud mundial.

Después de que ocurren emergencias mundiales, la comunidad internacional tiende a volver a ‘trabajar como de costumbre’, en lugar de prepararse para enfrentar futuros desastres. Debido a que los responsables de la formulación de políticas se centran únicamente en apagar incendios, en lugar de centrarse en el abordaje de las causas subyacentes de los mismos, parece que nunca se encuentra el momento adecuado para la prevención y la mitigación.

Y, sin embargo, la pandemia ha demostrado que una respuesta de salud pública eficiente y eficaz requiere algo más que un sistema de atención de la salud en buen funcionamiento. También requiere de “sistemas para la salud” más sólidos, que abarquen todos los sectores que influyen en la salud pública, incluidos el sector manufacturero, el sector de los alimentos, el sector de transporte, y el sector de desarrollo urbano. A pesar de que la mayoría de los que trabajan en dichos sectores no se identificarían fácilmente como “profesionales de la salud”, ellos sí desempeñan un papel fundamental en la obtención de buenos resultados sanitarios.

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