LAGUNA BEACH – Luego de haber sido abofeteado por dos grandes sacudidas en los últimos diez años, el cableado sumamente interconectado de la economía global está sufriendo una tercera crisis por culpa de la pandemia del COVID-19. La globalización así enfrenta una situación de tres golpes fallidos con el bate y afuera, lo que bien podría resultar en una desvinculación gradual pero bastante prolongada del comercio y la inversión, agudizando los vientos de frente seculares que ya enfrenta la economía global.
Los llamados a retomar el actual proceso de globalización casi con certeza caerán en oídos sordos –particularmente porque esta última sacudida será manejada simultáneamente por los gobiernos, las empresas y los hogares en los países desarrollados-. Quienes quieran preservar la globalización en el más largo plazo, en cambio, harían mejor en concentrarse en minimizar la alteración causada por el período inminente de desglobalización y sentar las bases para un proceso más sustentable de ahí en adelante.
Por empezar, ya resulta claro que muchas empresas buscarán alcanzar un equilibrio más adverso al riesgo entre eficiencia y resiliencia en tanto vayan saliendo de la dañina sacudida pandémica. El romance de varias décadas del mundo corporativo con las cadenas de suministro globales costo-eficientes y la gestión de inventario justo a tiempo dará lugar a una estrategia más localizada que implique repatriar ciertas actividades.
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Between now and the end of this decade, climate-related investments need to increase by orders of magnitude to keep the world on track toward achieving even more ambitious targets by mid-century. Fortunately, if done right, such investments could usher in an entirely new and better economy.
explains what it will take to mobilize capital for the net-zero transition worldwide.
Following the latest G20 summit, the G7 should be thinking seriously about deepening its own ties with more non-aligned countries. If the Ukraine war drags on, and if China continues to threaten to take Taiwan by force, the G20 will be split between friends of the BRICS and friends of the G7.
sees the grouping as increasingly divided between friends of the G7 and friends of China and Russia.
LAGUNA BEACH – Luego de haber sido abofeteado por dos grandes sacudidas en los últimos diez años, el cableado sumamente interconectado de la economía global está sufriendo una tercera crisis por culpa de la pandemia del COVID-19. La globalización así enfrenta una situación de tres golpes fallidos con el bate y afuera, lo que bien podría resultar en una desvinculación gradual pero bastante prolongada del comercio y la inversión, agudizando los vientos de frente seculares que ya enfrenta la economía global.
Los llamados a retomar el actual proceso de globalización casi con certeza caerán en oídos sordos –particularmente porque esta última sacudida será manejada simultáneamente por los gobiernos, las empresas y los hogares en los países desarrollados-. Quienes quieran preservar la globalización en el más largo plazo, en cambio, harían mejor en concentrarse en minimizar la alteración causada por el período inminente de desglobalización y sentar las bases para un proceso más sustentable de ahí en adelante.
Por empezar, ya resulta claro que muchas empresas buscarán alcanzar un equilibrio más adverso al riesgo entre eficiencia y resiliencia en tanto vayan saliendo de la dañina sacudida pandémica. El romance de varias décadas del mundo corporativo con las cadenas de suministro globales costo-eficientes y la gestión de inventario justo a tiempo dará lugar a una estrategia más localizada que implique repatriar ciertas actividades.
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