Spice Girls Dave Benett/Getty Images

Cómo Gran Bretaña dejó de ser cool

BERLÍN – La reciente reunión que sostuvieron la canciller alemana Ángela Merkel y la primera ministra británica Theresa May en la capital estonia de Tallin resultó ser un retrato de contrastes. Merkel ha buscado la apertura y el internacionalismo y lidera un país con una base industrial de primera y fuertes lazos comerciales internacionales. May habla más sobre el pasado que sobre el futuro, y ha denigrado a los “ciudadanos del mundo” mientras asegura defender la confusa identidad nacional de su país.

La dinámica Merkel-May demuestra, entre otras cosas, cuán cíclica puede ser la historia. Hace veinte años, Alemania era el “enfermo de Europa” que luchaba por disipar sus demonios para poder mirar hacia el futuro. En cambio, el Reino Unido se había convertido en “Cool Britannia”. En 1997, gran parte del mundo escuchaba brit-pop y los mejores artistas, diseñadores de moda y arquitectos británicos eran lo máximo en sus respectivos campos. Incluso los chefs británicos eran vistos como árbitros globales del gusto, para el pesar de sus colegas franceses.

Yo formé parte de ese momento de renacimiento nacional. En el informe BritainTM: Renovando nuestra identidad propuse una estrategia de reposicionamiento de la marca nacional que fue recogida por el gobierno del nuevo laborismo del primer ministro Tony Blair. Se trataba de repensar la idea de “lo británico” para después volver a presentar Gran Bretaña al mundo.

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