A Yemeni child suspected of being infected with cholera AFP/Getty Images

Una receta bangladesí contra el cólera

DHAKA – A estas alturas, el cólera debería ser historia. Hace mucho que las autoridades sanitarias saben cómo prevenir la enfermedad, los médicos saben cómo tratarla y los expertos en desarrollo comprenden que allí donde hay saneamiento y agua potable, los brotes rara vez se convierten en epidemias. Por desgracia, el mundo no es tan simple y ordenado, y la pesadilla del cólera persiste.

En muchas partes del mundo, el cólera ya fue domado. Las enfermedades transmitidas por el agua casi no existen en las economías avanzadas. E incluso en países y regiones con escasez de recursos, donde el cólera sigue siendo un problema, la terapia de rehidratación oral (TRO) ayudó a prevenir incontables muertes.

Sin embargo, en tiempos de crisis todavía se producen brotes de cólera, que matan a nuestros congéneres más vulnerables. Hoy, una de las peores epidemias está haciendo estragos en Yemen, donde el conflicto armado llevó al colapso de los sistemas de salud, saneamiento y provisión de agua, creando precisamente las condiciones más favorables para el cólera. Los primeros casos se informaron en octubre de 2016, y en menos de un año, la cantidad trepó a más de 600 000.

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