Businessmen and shoppers walk along Madison Avenue Spencer Platt/Getty Images

Los ingredientes faltantes del crecimiento

MILÁN/NUEVA YORK – Gran parte de la economía global hoy es objeto de tendencias económicas positivas: el desempleo está cayendo, las brechas de producción se están achicando, el crecimiento está recuperándose y, por razones que todavía no resultan claras, la inflación sigue por debajo de las metas de los principales bancos centrales. Por otro lado, el crecimiento de la productividad sigue siendo débil, la desigualdad de ingresos está aumentando y a los trabajadores con un nivel educativo más bajo les cuesta encontrar oportunidades de empleo atractivas.

Después de ocho años de estímulo agresivo, las economías desarrolladas están saliendo de una fase prolongada de desapalancamiento que, naturalmente, reprimió el crecimiento del lado de la demanda. Como se ha alterado el nivel y la composición de la deuda, las presiones de desapalancamiento se han reducido, lo que permitió una expansión global sincronizada.

Aun así, a la larga, el principal factor determinante del crecimiento del PIB -y la inclusión de patrones de crecimiento- serán las alzas de la productividad. Sin embargo, como están dadas las cosas, existen muchos motivos para dudar de que la productividad repunte por sí sola. Existen varios puntos importantes que están ausentes en la combinación de políticas, lo que suscita dudas sobre la concreción tanto del crecimiento de la productividad a plena escala como de un giro hacia patrones de crecimiento más inclusivos.

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