Woman standing to address colleagues at a work meeting Getty Images

Construir un lugar de trabajo con inclusión de género

NUEVA YORK – La ola de casos de acoso sexual de alto perfil que comenzara con las revelaciones de Hollywood está teniendo un profundo efecto en entornos laborales mucho menos glamorosos. Al igual que esos importantes estudios de cine se han visto obligados a tomar medidas contra el abuso, una revolución similar barre los lugares de trabajo en todo el mundo, potenciada por el movimiento #MeToo (#YoTambién) de mujeres que se atreven a hacer públicas sus experiencias de acoso.

Ha sido terrible conocer los abusos sufridos por mujeres a manos de hombres poderosos como Harvey Weinstein, Matt Lauer y Al Franken, pero también es profundamente motivador ver que el mundo corporativo se ha tomado el problema en serio al intentar crear un “futuro en común” para sus empleadas mujeres. La respuesta colectiva al movimiento #MeToo podría marcar un punto de inflexión sobre la manera en que los empleadores ven el acoso sexual y otros asuntos de género, como la brecha salarial y el poder.

Pero la revolución en el lugar de trabajo está lejos de ser cosa del pasado. Se precisan nuevas estrategias para promover interacciones saludables entre los empleados. Si se maneja adecuadamente, la igualdad de género promueve la productividad y los resultados de negocios, mientras que si se pasa por alto la discriminación sexual puede destruir la cultura de una oficina, y muchísimo más.

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