El día del drone

LONDRES – Al parecer, los drones (“aviones teledirigidos”) están de repente por doquier. Han pasado zumbando por las tramas de series televisivas de suspense como 24 yHomeland, se los ha considerado una posible opción para hacer las entregas de la gigantesca minorista en línea Amazon.com, se los ha visto en acción en zonas de desastres en Haití y las Filipinas y se han cernido amenazadores sobre centrales eléctricas nucleares francesas. Esa tecnología, en tiempos secreta, ha pasado a ser casi omnipresente.

Como las autoridades de los Estados Unidos y de Europa se han comprometido a abrir el espacio aéreo civil a drones no militares, los aviones no pilotados llegarán a ser aún más comunes. Por eso, es fundamental que se determinen y aborden rápidamente las excepcionales amenazas que representan para las libertades civiles y la intimidad.

Para empezar, los drones están cambiando en gran medida la forma como se recogen datos. Hasta ahora, la mayoría de los drones civiles han ido equipados sólo con cámaras de gran resolución, que ofrecían a los agentes de policía, los equipos de búsqueda y rescate, los periodistas, los cineastas y los inspectores de cultivos e infraestructuras una vista de pájaro sobre sus alrededores, pero eso está a punto de cambiar. Los fabricantes están haciendo experimentos con drones que pueden obtener imágenes térmicas, prestar servicios de telecomunicaciones, hacer mediciones medioambientales e incluso leer y analizar datos biométricos. Además, algunas empresas  se han interesado por la recogida de “megadatos” utilizando una diversidad de sensores al mismo tiempo.

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