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Los problemas de China con sus vecinos

BEIJING – La política de “buena vecindad" de China se ve sometida a unas presiones sin precedentes; de hecho, está en su peor momento desde el final de la Guerra Fría. Recientemente, han surgido, una tras otra, fricciones con los países vecinos.

De las disputas territoriales con Vietnam y las Filipinas en el mar de la China Meridional a las tensiones con Birmania (Myanmar) y Tailandia, unas relaciones que eran correctas, ya que no siempre amistosas, se han agriado. La decisión de Myanmar de abandonar el proyecto de presa de Myitsone, que contaba con el respaldo de China, ha asombrado a este país. Asimismo, el asesinato de trece tripulantes de un barco chino en el río Mekong en este mes de octubre sirve para recordar inequívocamente que la supuestamente pacífica frontera terrestre meridional de China, que llevaba veinte años sin causar problemas, hoy parece propia de la vecindad más hostil.

El pueblo y el Gobierno de China se sienten particularmente consternados por los asesinatos en el Mekong, que parecieron demostrar, una vez más, la incapacidad del Gobierno para proteger a sus ciudadanos contra el asesinato en el extranjero, pese a la recién conseguida categoría de potencia mundial por el país. A consecuencia de ello, se han formulado dos preguntas: ¿por qué han optado los vecinos de China por desatender sus intereses? ¿Y por qué, pese al ascenso de China, parecen sus autoridades cada vez menos aptas para garantizar la seguridad de las vidas y los intereses comerciales chinos en el extranjero?

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