Las lecciones de China para el Banco Mundial

El periódico China Daily publicó hace poco un artículo en su página principal que narraba cómo Paul Wolfowitz hizo uso de amenazas y vulgaridades para presionar a los altos funcionarios del Banco Mundial. El periódico observó que Wolfowitz sonaba como un personaje de la serie Los Sopranos . Al mismo tiempo que se revelaba el escándalo Wolfowitz, China era país anfitrión del Banco de Desarrollo Africano (BDA), que realizaba en Shanghai la reunión de su Junta Directiva. Se trata de una vívida metáfora del mundo actual: mientras que el Banco Mundial se encuentra atrapado en la corrupción y la polémica, China eleva hábilmente su perfil geopolítico en el mundo en desarrollo.

Por supuesto, el creciente poder de China se basa de manera importante en su notable éxito económico. La reunión del BDA se realizó en el Distrito Pudong, el más destacado sitio de desarrollo urbanístico de Shanghai. A partir de tierras que hace una generación estaban en gran parte sin uso, Pudong se ha convertido en una bullente área de rascacielos, hoteles de lujo, parques, industrias y vastas franjas de edificios de apartamentos. La economía general de Shanghai está creciendo actualmente en cerca de un 13% al año, es decir, duplica su tamaño cada cinco o seis años. En todos lados hay empresas nacientes, innovaciones y jóvenes empresarios ansiosos de obtener utilidades.

Tuve la oportunidad de participar en reuniones de alto nivel entre funcionarios africanos y chinos en las reuniones del BDA. Los consejos que recibieron los líderes africanos de sus contrapartes chinas fueron sólidos y mucho más prácticos que los que normalmente reciben del Banco Mundial.

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