El tortuoso camino hacia la membresía de China en la Organización Mundial de Comercio (OMC) está llegando a su fin. Sin embargo, antes de que China sea aceptada, las condiciones finales bajo las que ingresará a la organización deben ser negociadas con un grupo de miembros que actúan en nombre de la OMC y quedar plasmadas en un acuerdo formal, el Protocolo de Adhesión. Existen cuestiones legales importantes que se han hecho a un lado y que ahora deben abordarse.
Cuando China ingrese a la OMC, se comprometerá (como todos los demás miembros) a seguir políticas y prácticas que han sido acordadas por la comunidad internacional de naciones comerciantes y que están expresadas en el Acuerdo General sobre Aranceles y Comercio (GATT) y otros tratados multilaterales. Las largas negociaciones que llevó a cabo China con los EU y la Unión Europea sobre su membresía en la OMC se centraron principalmente en problemas económicos espinosos, como la reducción de aranceles, la eliminación de cuotas a las exportaciones hacia China, la apertura de su mercado a importaciones clave que hasta ahora se han visto excluidas o limitadas, y el permiso para que la inversión extranjera pueda participar en industrias como la de las telecomunicaciones.
Estas negociaciones bilaterales también habrán de beneficiar a otros miembros de la OMC, ya que su membresía en la organización obliga a China a tratar a todos los miembros en forma igual. Sin embargo, se ha prestado poca atención a otros asuntos que también afectarán a todos los miembros de la OMC, específicamente, a las medidas que China tendrá que tomar para elevar los niveles de legalidad que le permitan alcanzar los estándares dictados por el GATT.
El tortuoso camino hacia la membresía de China en la Organización Mundial de Comercio (OMC) está llegando a su fin. Sin embargo, antes de que China sea aceptada, las condiciones finales bajo las que ingresará a la organización deben ser negociadas con un grupo de miembros que actúan en nombre de la OMC y quedar plasmadas en un acuerdo formal, el Protocolo de Adhesión. Existen cuestiones legales importantes que se han hecho a un lado y que ahora deben abordarse.
Cuando China ingrese a la OMC, se comprometerá (como todos los demás miembros) a seguir políticas y prácticas que han sido acordadas por la comunidad internacional de naciones comerciantes y que están expresadas en el Acuerdo General sobre Aranceles y Comercio (GATT) y otros tratados multilaterales. Las largas negociaciones que llevó a cabo China con los EU y la Unión Europea sobre su membresía en la OMC se centraron principalmente en problemas económicos espinosos, como la reducción de aranceles, la eliminación de cuotas a las exportaciones hacia China, la apertura de su mercado a importaciones clave que hasta ahora se han visto excluidas o limitadas, y el permiso para que la inversión extranjera pueda participar en industrias como la de las telecomunicaciones.
Estas negociaciones bilaterales también habrán de beneficiar a otros miembros de la OMC, ya que su membresía en la organización obliga a China a tratar a todos los miembros en forma igual. Sin embargo, se ha prestado poca atención a otros asuntos que también afectarán a todos los miembros de la OMC, específicamente, a las medidas que China tendrá que tomar para elevar los niveles de legalidad que le permitan alcanzar los estándares dictados por el GATT.