ITHACA – Hace pocos años, la divisa china parecía destinada al dominio mundial. El renminbi se había vuelto la quinta moneda más usada en pagos internacionales, y en 2016, el Fondo Monetario Internacional la incluyó en la cesta de monedas importantes que determina el valor de los derechos especiales de giro (su activo global de reserva).
Pero luego su avance se detuvo. Su participación en los pagos internacionales se redujo a menos del 2%, y la proporción que representan los activos denominados en renminbi dentro de las reservas cambiarias globales parece haberse estancado en una cifra similar.
Hace unos meses, el banco central de China implementó una moneda digital (fue una de las primeras grandes economías en hacerlo). Por ahora las pruebas del sistema de moneda digital y pago electrónico (conocido por la sigla en inglés DCEP) incluyen cuatro ciudades, y hace poco el gobierno anunció planes de ampliarlas a grandes metrópolis como Beijing y Tianjin, además de Hong Kong y Macao. Pero el DCEP por sí solo no bastará para incrementar el papel del renminbi en las finanzas internacionales.
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The banking system we take for granted is unfixable. The good news is that we no longer need to rely on any private, rent-seeking, socially destabilizing network of banks, at least not the way we have so far.
shows why the current private system is unfixable – and why we don’t need to tolerate it anymore.
Like Vladimir Putin, China's leader is so steeped in a narrative of victimhood and fearful of appearing weak that it is hard to imagine him ever leading China out of the mess he has created. He could well be remembered as the leader who squandered history's most remarkable economic success story.
about the country's increasingly worrisome trajectory, both at home and abroad.
Artificial IdiocyFrank Rumpenhorst/picture alliance via Getty Images
ITHACA – Hace pocos años, la divisa china parecía destinada al dominio mundial. El renminbi se había vuelto la quinta moneda más usada en pagos internacionales, y en 2016, el Fondo Monetario Internacional la incluyó en la cesta de monedas importantes que determina el valor de los derechos especiales de giro (su activo global de reserva).
Pero luego su avance se detuvo. Su participación en los pagos internacionales se redujo a menos del 2%, y la proporción que representan los activos denominados en renminbi dentro de las reservas cambiarias globales parece haberse estancado en una cifra similar.
Hace unos meses, el banco central de China implementó una moneda digital (fue una de las primeras grandes economías en hacerlo). Por ahora las pruebas del sistema de moneda digital y pago electrónico (conocido por la sigla en inglés DCEP) incluyen cuatro ciudades, y hace poco el gobierno anunció planes de ampliarlas a grandes metrópolis como Beijing y Tianjin, además de Hong Kong y Macao. Pero el DCEP por sí solo no bastará para incrementar el papel del renminbi en las finanzas internacionales.
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