fischer175_Zhang WeiChina News Service via Getty Images_china normal life Zhang Wei/China News Service via Getty Images

China ganó el 2020

BERLÍN – En los futuros libros de historia, el 2020 se conocerá como el año de la gran pandemia del COVID-19, y con razón. Pero también se lo recordará como el fin del abominable mandato del Presidente estadounidense Donald Trump. Ambos sucesos están estrechamente vinculados y dejarán marcas duraderas, en parte porque se desarrollaron durante una transición más amplia desde un siglo veinte dominado por Estados Unidos a un siglo veintiuno dominado por China.

Con este telón de fondo, el año 2020 demostró ser muy exitoso para China. Ciertamente, no parecía así al comienzo, cuando un nuevo coronavirus, el SARS-CoV-2, arrasaba en la metrópolis de Wuhan. Las graves insuficiencias de las autoridades chinas permitieron que el brote se convirtiera en una pandemia que ha matado a casi 1,5 millones de personas y paralizado la economía global. A principios de año, parecía que las autoridades centrales de China se enfrentaban a una profunda crisis de confianza. Sumado a una guerra comercial con los Estados Unidos, el COVID-19 hizo que el país trastabillara temporalmente.

Desde entonces, la dura supresión del movimiento por la democracia en Hong Kong por parte del Presidente chino Xi Jinping ha elevado la desconfianza hacia él en Occidente. La restricción administrativa en virtud de una draconiana ley de seguridad nacional pone fin a la era de “un país, dos sistemas” y da pie a serias inquietudes sobre el futuro de Taiwán.

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