A worker welds a scaffolding in front of the headquarters of the Agricultural Bank of China JOHANNES EISELE/AFP/Getty Images

China no esperará

PEKÍN – El equilibrio global de poder está cambiando. A medida que Estados Unidos se retira del liderazgo mundial, China expande su influencia internacional. Hoy en día, muchas personas en Occidente temen que se lleve a cabo un intento liderado por China con el propósito de revisar las reglas y normas que sustentan el orden mundial existente. ¿Están justificados dichos temores?

El resurgimiento de China como una importante potencia regional, e incluso mundial, ciertamente plantea profundos desafíos al orden internacional liderado por Estados Unidos que se creó después de la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, el objetivo de los líderes chinos no es cambiar de manera explícita y drástica dicho orden, el cual, al fin y al cabo, resultó ser lo suficientemente flexible como para permitir que la empobrecida China de la década de 1970 se convirtiera en el país que es hoy en día. En cambio, el objetivo es garantizar que el orden existente tenga la capacidad para acomodar adecuadamente los intereses y objetivos de ambos países, tanto de China como de Estados Unidos.

Los objetivos de China son ambiciosos, por no decir más. La política de “reforma y apertura” de Deng Xiaoping permitió un milagro económico que ha sacado a cientos de millones de chinos de la pobreza. La tarea del presidente Xi Jinping no es sólo completar lo que Deng comenzó y erradicar la pobreza, sino también forjar una economía que haga que China retorne a su posición de importante potencia mundial, posición que sostuvo durante la mayor parte de la historia registrada de la humanidad.

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