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La falsa dicotomía de autocracia y democracia

ANN ARBOR – A diferencia de la vieja contienda de superpotencias entre Estados Unidos y la Unión Soviética, la incipiente guerra fría entre China y Estados Unidos no refleja un conflicto fundamental de ideologías inalterablemente opuestas. Por el contrario, la rivalidad sino-norteamericana de hoy es retratada de manera popular como una batalla épica entre autocracia y democracia.

Asimismo, los hechos parecen sugerir que la autocracia ha triunfado mientras que la democracia se ha caído de bruces. Mientras que Estados Unidos en la presidencia de Donald Trump se ha manejado de manera desastrosa durante la pandemia del COVID-19, China ha logrado controlar al coronavirus. En Estados Unidos, se ha llegado inclusive a politizar el uso de mascarillas faciales. En cambio, en Wuhan, China –el epicentro original de la pandemia-, las autoridades testearon a los 11 millones de residentes de la ciudad para detectar el virus en el lapso de diez días, en una manifestación asombrosa de capacidad y orden. Para muchos, el veredicto parece claro: el autoritarismo es superior a la democracia liberal.

Pero ese tipo de conclusiones es simplista y hasta peligrosamente engañoso, por tres razones. Primero, de la misma manera que Estados Unidos en la era Trump no representa a todas las democracias, China en el gobierno del presidente Xi Jinping no debería ser considerada un modelo de autocracia. Otras sociedades democráticas, como Corea del Sur y Nueva Zelanda, han manejado la pandemia hábilmente, y la libertad política no coartó la capacidad de sus gobiernos de implementar medidas de contención del virus.  

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