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No hay que creerse la excusa preferida de los bancos centrales

CHICAGO – Como suele suceder con los mea culpas institucionales, el informe reciente de la Reserva Federal de Estados Unidos sobre los hechos que condujeron a la quiebra de Silicon Valley Bank es sorprendentemente autocrítico, detallado e informativo. Al mismo tiempo que señala que SVB no gestionó sus riesgos de manera apropiada (cuando sus propios modelos mostraban que estaba asumiendo demasiado riesgo con la tasa de interés, el banco cambió las presunciones del modelo), el informe también castiga a los supervisores por no percibir las crecientes vulnerabilidades de SVB o presionar para corregirlas. La Fed también hace referencia a cambios regulatorios de los que SVB se aprovechó para evitar un escrutinio más de cerca. Pero el informe no aborda una cuestión crucial: la política monetaria de la Fed.

En parte, es algo intencional: el informe estaba destinado a revisar la supervisión y regulación de la Fed. Sin embargo, al centrarse solo en estas cuestiones, termina ignorando uno de los factores más importantes que afectan a la estabilidad del sector financiero. SVB no solo era una manzana podrida. Cuatro bancos estadounidenses quebraron más o menos al mismo tiempo, en gran medida porque habían invertido en bonos y préstamos de largo plazo, a tasa fija y de bajo rendimiento, financiados con depósitos ejecutables de corto plazo.  

En marzo, la Corporación Federal de Seguro de Depósitos de Estados Unidos estimó que los bancos estaban sentados sobre pérdidas no reconocidas de alrededor de 600.000 millones de dólaers en sus tenencias de valores -una cifra que supera ampliamente el billón de dólares si se incluyen las pérdidas de los préstamos de bajo rendimiento-. Peor aún, muchos de esos bancos también tienen niveles significativos de depósitos no asegurados ejecutables. Aunque por el momento sobrevivan, su rentabilidad se ve afectada y su viabilidad a largo plazo como entidades independientes es cuestionada, ya que los depositantes exigen tasas de interés más altas.

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