NUEVA YORK – En su último informe Perspectivas de la economía mundial, el Fondo Monetario Internacional presenta buenos argumentos para pensar que cuando la inflación sea cosa del pasado, los tipos de interés en las economías avanzadas (y en muchos mercados emergentes) regresarán a los niveles extremadamente bajos de antes de la pandemia. Lo cual iría en línea con la tendencia descendente que mostró el tipo de interés real natural desde principios de los ochenta, que a su vez es resultado del envejecimiento poblacional y de un crecimiento decepcionante de la productividad total de los factores.
El tipo de interés real natural surge de la relación entre el ahorro planeado y la formación de capital en condiciones teóricas de pleno empleo y cumplimiento de la meta inflacionaria. Pero en el mundo real nada puede darse por sentado. A mayor déficit fiscal, mayor presión al alza sobre el tipo de interés natural. Y aunque las sociedades en proceso de envejecimiento tienden a ahorrar más, las que ya son realmente ancianas ahorran menos. Además, hay que tener en cuenta los efectos de un posible gran «desacople» de la economía mundial, con la aparición de bloques centrados en Estados Unidos y China. Eso podría reducir los flujos de capital hacia las economías avanzadas y provocar en ellas un aumento del tipo de interés natural.
Pero sumando todos los factores, es razonable suponer que en dos o tres años volveremos a un mundo en el que la fijación de la tasa de referencia nominal de los bancos centrales en las economías avanzadas chocará una y otra vez con el «límite inferior efectivo» (LIE). La presencia de un tipo de interés nominal nulo para el dinero en efectivo le pone un piso cercano a cero a la tasa de referencia del banco central. En un contexto de tipo de interés real natural muy bajo e inflación reducida, es probable que el LIE sea un factor condicionante. A pesar del considerable aumento que han tenido las tasas de referencia nominales desde 2020 (la de la Reserva Federal de los Estados Unidos se sitúa en 4,75/5%), la tasa de referencia real (deflactada) a corto plazo sigue siendo apenas positiva en los Estados Unidos y sustancialmente negativa en la mayoría de las otras economías avanzadas. Según cálculos del Banco de la Reserva Federal de Cleveland, el tipo de interés real a diez años en los Estados Unidos apenas ronda el 2% (y eso sería el nivel más alto desde la crisis financiera de 2008).
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Joseph S. Nye, Jr.
considers how China undermines its own soft power, traces the potential causes of a war over Taiwan, welcomes Europe’s embrace of “smart” power, and more.
Around the world, people increasingly live with the sense that too much is happening, too fast. Chief among the sources of this growing angst are the rise of artificial intelligence, climate change, and Russia's war in Ukraine – each of which demands urgent attention from policymakers and political leaders.
calls attention to the growing challenges posed by AI, climate change, and the war in Ukraine.
NUEVA YORK – En su último informe Perspectivas de la economía mundial, el Fondo Monetario Internacional presenta buenos argumentos para pensar que cuando la inflación sea cosa del pasado, los tipos de interés en las economías avanzadas (y en muchos mercados emergentes) regresarán a los niveles extremadamente bajos de antes de la pandemia. Lo cual iría en línea con la tendencia descendente que mostró el tipo de interés real natural desde principios de los ochenta, que a su vez es resultado del envejecimiento poblacional y de un crecimiento decepcionante de la productividad total de los factores.
El tipo de interés real natural surge de la relación entre el ahorro planeado y la formación de capital en condiciones teóricas de pleno empleo y cumplimiento de la meta inflacionaria. Pero en el mundo real nada puede darse por sentado. A mayor déficit fiscal, mayor presión al alza sobre el tipo de interés natural. Y aunque las sociedades en proceso de envejecimiento tienden a ahorrar más, las que ya son realmente ancianas ahorran menos. Además, hay que tener en cuenta los efectos de un posible gran «desacople» de la economía mundial, con la aparición de bloques centrados en Estados Unidos y China. Eso podría reducir los flujos de capital hacia las economías avanzadas y provocar en ellas un aumento del tipo de interés natural.
Pero sumando todos los factores, es razonable suponer que en dos o tres años volveremos a un mundo en el que la fijación de la tasa de referencia nominal de los bancos centrales en las economías avanzadas chocará una y otra vez con el «límite inferior efectivo» (LIE). La presencia de un tipo de interés nominal nulo para el dinero en efectivo le pone un piso cercano a cero a la tasa de referencia del banco central. En un contexto de tipo de interés real natural muy bajo e inflación reducida, es probable que el LIE sea un factor condicionante. A pesar del considerable aumento que han tenido las tasas de referencia nominales desde 2020 (la de la Reserva Federal de los Estados Unidos se sitúa en 4,75/5%), la tasa de referencia real (deflactada) a corto plazo sigue siendo apenas positiva en los Estados Unidos y sustancialmente negativa en la mayoría de las otras economías avanzadas. Según cálculos del Banco de la Reserva Federal de Cleveland, el tipo de interés real a diez años en los Estados Unidos apenas ronda el 2% (y eso sería el nivel más alto desde la crisis financiera de 2008).
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