NUEVA YORK – Cuando una crisis de liquidez de mercado y/o de liquidez de financiación se produce en un momento en el que la inflación está por encima de la meta, es inevitable que haya una tensión entre los objetivos de los bancos centrales -estabilidad de precios y estabilidad financiera-. En esos casos, creo que debe priorizarse la estabilidad financiera, porque es una condición previa para la búsqueda efectiva de la estabilidad de precios.
Pero esto no significa que el banco central deba cancelar o suspender sus políticas antiinflacionarias ante la amenaza de una crisis bancaria o un riesgo similar para la estabilidad sistémica. El conflicto entre los objetivos de estabilidad de precios y estabilidad financiera debería gestionarse mediante el uso de la tasa de política del banco central para apuntar a la inflación, y mediante el uso del tamaño y la composición de su balance como una herramienta de política macroprudencial para abordar la estabilidad financiera. Una comunicación creíble es esencial para alcanzar estos dos objetivos.
La estabilidad financiera en una economía avanzada grande no se ve materialmente impactada por las primas de liquidez y de riesgo crediticio interrelacionadas, y por la fuga de potenciales compradores y prestadores en los mercados financieros ilíquidos -cuando el racionamiento del crédito lleva la batuta-. El Banco de Inglaterra lo entendió a la perfección el año pasado cuando, durante un período de ajuste de la política monetaria generado por las políticas incoherentes de la por entonces primera ministra Liz Truss, llevó a cabo compras temporarias de bonos gubernamentales del Reino Unido de largo plazo y pospuso un ajuste cuantitativo a través de ventas de títulos gilt del Programa de Compra de Activos.
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At the end of European Communism, there was a widespread, euphoric hope that freedom and democracy would bring a better life; eventually, though, many lost that hope. The problem, under both Communism and the new liberal dispensation, was that those pursuing grand social projects had embraced ideology instead of philosophy.
considers what an Albanian Marxist philosopher can tell us about liberty in today's world.
For the US, Slovakia's general election may produce another unreliable allied government. But instead of turning a blind eye to such allies, as President Joe Biden has been doing with Poland, or confronting them with an uncompromising stance, the US should spearhead efforts to help mend flawed democracies.
reflect on the outcome of Slovakia's general election in the run-up to Poland's decisive vote.
NUEVA YORK – Cuando una crisis de liquidez de mercado y/o de liquidez de financiación se produce en un momento en el que la inflación está por encima de la meta, es inevitable que haya una tensión entre los objetivos de los bancos centrales -estabilidad de precios y estabilidad financiera-. En esos casos, creo que debe priorizarse la estabilidad financiera, porque es una condición previa para la búsqueda efectiva de la estabilidad de precios.
Pero esto no significa que el banco central deba cancelar o suspender sus políticas antiinflacionarias ante la amenaza de una crisis bancaria o un riesgo similar para la estabilidad sistémica. El conflicto entre los objetivos de estabilidad de precios y estabilidad financiera debería gestionarse mediante el uso de la tasa de política del banco central para apuntar a la inflación, y mediante el uso del tamaño y la composición de su balance como una herramienta de política macroprudencial para abordar la estabilidad financiera. Una comunicación creíble es esencial para alcanzar estos dos objetivos.
La estabilidad financiera en una economía avanzada grande no se ve materialmente impactada por las primas de liquidez y de riesgo crediticio interrelacionadas, y por la fuga de potenciales compradores y prestadores en los mercados financieros ilíquidos -cuando el racionamiento del crédito lleva la batuta-. El Banco de Inglaterra lo entendió a la perfección el año pasado cuando, durante un período de ajuste de la política monetaria generado por las políticas incoherentes de la por entonces primera ministra Liz Truss, llevó a cabo compras temporarias de bonos gubernamentales del Reino Unido de largo plazo y pospuso un ajuste cuantitativo a través de ventas de títulos gilt del Programa de Compra de Activos.
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