El segundo desastre del golfo para Bush

El Presidente Bush ha pedido a los estadounidenses que no "jueguen a hacer política" en este momento de terrible desastre nacional. Sin embargo, hacer preguntas difíciles a los líderes de nuestra nación es exactamente lo que exige la democracia cuando la respuesta del gobierno al huracán Katrina es vista ampliamente como una "desgracia nacional".

Katrina llegó con al menos dos días de advertencia, pero las autoridades esperaron hasta el último momento para dar la orden de evacuar. No había transporte para la gente sin automóviles o dinero, las instalaciones para albergar y atender a los refugiados eran insuficientes, no había fuerzas desplegadas para entregar provisiones que se necesitaban desesperadamente o para asegurar el orden, y no había una cantidad siquiera lejanamente suficiente de botes, helicópteros y otros aparatos necesarios para rescatar a quienes habían quedado atrapados.

Limitado por una Guardia Nacional con el 40% de sus efectivos en Irak, el ritmo de llegada del personal militar a las áreas más afectadas fue inusualmente lento. Durante cuatro días, sencillamente no hubo un centro claro de comando y control. Como resultado, innumerables personas sufrieron y murieron.

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